El científico sueco Ekman, gran estudioso de las corrientes y los vientos, dedujo que las corrientes superficiales se separan de la dirección del viento unos 45º a su derecha y a medida que se van alejando de la superficie van perdiendo intensidad y van rotando hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el sur. A medida que se van alcanzando profundidades mayores, la corriente se desvía más hasta llegar a una determinada profundidad en que la corriente es completamente opuesta a la dirección del viento y tiene la mínima intensidad, que viene a ser 1/23 de la intensidad en superficie. A esta profundidad Ekman la llamó fondo de la corriente y a la proyección de todos los segmentos que representan la corriente a las diferentes profundidades sobre el fondo de la corriente se le llama espiral de Ekman.
La resultante del efecto de rozamiento sobre la masa de agua provoca un arrastre de la misma en una dirección perpendicular a la del viento y hacia la derecha de éste en el hemisferio norte. Esta resultante puede ver modificada su dirección por efecto de corrientes creadas por diferencia de densidades de unas masas de agua a otras. Estas corrientes se llaman corrientes de gradiente o termohalinas, que son movimientos de aguas frías y más densas procedentes de altas latitudes que se desplazan en profundidad debido a su densidad; luego, cuando se produce una escora causada por los vientos persistentes, como son los alisios, afloran a la superficie como aguas frías y más densas.
Para más información ver el CAPITAN DE YATE, 1ª edic. 2009 del Capt. J.B.Costa.
Fuente:
www.estudiosnauticosta.com
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